
El servicio aún es cobrado según con la clase de clientela que busca este tipo de trabajo, pero comienza a popularizarse. Políticos, grandes empresas y astros de cine son los que más buscan agencias como la francesa Reputation Squad o la inglesa Hington & Klarsey - esta última cobra por lo menos 30 mil euros por tres meses de trabajo por la limpieza de la imagen del cliente en internet.
Pero la empresa francesa inauguró recientemente un plan específico para personas comunes que recogen una imagen privilegiada en la red, ya que cada vez más los empleadores consultan el perfil online de los candidatos a un empleo, por ejemplo los gerentes de bancos conocen si la persona que quiere a un préstamo tiene una buena reputación antes de acertar un contrato.
La expectativa de expansión aún mayor y más completa de los datos de las personas en internet - en breve el Google va a incluir las informaciones disponibles en las webs de relaciones y reconocer todas las imágenes de una persona que circulan en la web a partir de sólo una foto en el origen - está aumentando la preocupación de las personas con el rastro de informaciones personales que van dejando en la red al largo de los años.
"En tiempos de crisis, no se puede arriesgar a perder una oportunidad a causa de algunos pocos cliques", argumenta Albéric Guigou, cofundador de la Reputation Squad. Se acuerda que entre los clientes jóvenes, la mayor pesadilla es en relación a los ex novios, que no quieren ver fotos íntimas del ex compañero que los abandonó. "Las personas publican todo tipo de informaciones y después se arrepienten, porque todo se queda almacenado en algún lugar de la red y después vuelven para entorpecer el presente."A pesar de que funcionen en oficinas discretas y de que cuenten con un número reducido de profesionales, las agencias de e-reputation son selectivas en la elección de los juristas y especialistas en comunicación e informática. Todos deben tener un atributo de más, lo de que sean maestros en el arte de la persuasión, la raíz del servicio.
Como funciona
El trabajo comienza con una simple búsqueda por el nombre del cliente en una herramienta de búsqueda en internet, por páginas de texto y por imágenes. A partir de los resultados, los responsables por todas las referencias consideradas negativas, como fotos con desnudos o reportajes sobre escándalos o procesos judiciales, van a ser blanco de un verdadero asedio por parte de la agencia.
Primero, es hacer un contacto amigable, por teléfono o e-mail, a fin de solicitar gentilmente la retirada del contenido o por lo menos el cambio del nombre publicado por las iniciales de la persona en cuestión. "Nosotros explicamos que las informaciones ya no tienen ningún valor, que son obsoletas y por lo tanto poden hasta manchar la credibilidad de la página, una vez que depuran la imagen actual de la persona y ya no añaden nada a la web ", enseña Xavier Desfeuillet, director ejecutivo de Hington & Klarsey, creada en Inglaterra pero que se expandió hacia Francia, España, Portugal y Luxemburgo.
El presidente da el ejemplo de la hazaña de haber conseguido convencer el periódico de izquierda francesa L'Humanité a extinguir de su web un material de 1993 que hacía referencia al pasado como traficante de armas de un cliente que hoy es un "prestigiado empresario en la industria textil" en Italia.
Cuando la conversación no es suficiente y es necesario engrosar el tono, muchas veces los profesionales usan como argumento recursos jurídicos que no necesariamente son verdaderos, pero que acaban asustando los dueños de webs que no tienen mucho conocimiento legal y se muestran suficientes para la supresión de la página. Sin embargo es claro que, aún así, no todos aprueban el pedido, algunos piden dinero en cambio, otros se rechazan a aceptar lo que consideran ser una censura.
Los casos de comentarios de clientes sobre un determinado producto son de los más difíciles de resolver, porque los consumidores no hacen la menor cuestión de retirar la reclamación, ya que así sienten que están evitando que los otros consumidores también se queden decepcionados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario